A veces el término “cliente ideal” se percibe por los profesionales del crecimiento personal como algo demasiado “marketiniano” (seguro que me has entendido con este palabro). Cuando se trata de crear una página web muy pocos tienen en cuenta este personaje o avatar que nos ayuda enormemente a enfocar el mensaje y a crear estrategias.
Si estás leyendo esto y crees que suena frío recuerda esta frase:
“Tu página web eres tú, pero no es para ti”.
Déjala reposar y verás que va cobrando sentido poco a poco 😉
Tú y yo ya hemos repasado qué necesitas para elegir tu dominio y tu hosting para tu negocio de desarrollo personal, veamos ahora de qué se trata esto del cliente ideal ¿me acompañas?
#1 ¿Cómo encontrar o definir tu cliente ideal?
Hace algún tiempo asistí a una charla sobre desarrollo de negocios y nada más comenzar, la persona que nos la dio, lanzó la siguiente pregunta al público:
¿Cuál es el elemento imprescindible en un negocio? Aquel sin el cual no se puede considerar rentable…
No creas que la respuesta fue tan evidente, tardamos unos minutos, y tú ¿lo has identificado?
Efectivamente, los clientes. Sin ellos no hay negocio. Así entre tú y yo, está muy bien que quieras arreglar el mundo, que tengas una idea fantástica, que pienses que el mundo necesita terapia, amor y buen rollo (¡que yo también lo pienso!) pero estás en esto para ganar dinero y vivir (además de porque te apasione lo que haces) ¿si? Pues tienes que pensar en tu cliente.
Cuando digo “pensar en tu cliente” no me refiero a pensar en toda esa cantidad de servicios y maravillosas técnicas que has aprendido para que su vida sea mejor, para que sean más felices y para que hagan ese cambio que necesitan. Tampoco me refiero a ser consciente de sus dolores y necesidades, que eso, más o menos seguro que ya lo tienes más claro.
Cuando te hablo de que pienses en tu cliente quiero decir que necesitas saber quién es, qué necesita, en qué trabaja, cuántos años tiene, es hombre o mujer mayoritariamente, dónde vive, qué estudios tiene, tiene hijos o familia, qué ingresos mensuales tiene, a qué dedica su tiempo libre, cuáles son sus valores en la vida…
Sí, antes de que empieces a pensar que son muchas preguntas voy a recordarte la definición de tu cliente ideal:
Una persona (o empresa) con un problema específico que tú puedes resolver y que está dispuesta a pagarte para que lo hagas. Te paga a tiempo, le gusta tu servicio y además te recomienda.
Fácil ¿no? Por si te quedan dudas te pongo un ejemplo. Conoces a una persona y te das cuenta de que necesitaría una buena terapia, o un proceso de cambio y sería genial poder acompañarlo/a. Esa persona no es consciente de esa necesidad o simplemente, aunque lo sea, no está dispuesta a pagar por ello. Si tienes que convencer a esta persona no es tu cliente ideal ¿ok? ¡bien!
Sigamos avanzando 🙂
Cómo ves, tu cliente ideal es a quien deberás dirigirte en todo lo que comuniques desde tu Web. De nada te sirve contar lo maravilloso de tu proyecto, toda la formación que tienes o las técnicas terapéuticas que usas si tu cliente ideal no percibe en algún lugar que resuelves su problema, que sabes cómo se siente o que entiendes sus temores y/o dificultades.
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#2 Juguemos a descubrir de forma creativa a tu cliente ideal
Una vez que tenemos claro la importancia del cliente ideal se trata de investigar lo máximo posible cómo es, qué piensa, qué necesita, qué teme…
#2.1 Pasa a la acción:
Para que este proceso no te resulte muy tedioso, te propongo algo creativo ¡juega conmigo!
Puedes revisar tu lista de clientes y ver con cuáles te ha gustado más trabajar, aquellos que además te han pagado a tiempo y te han recomendado. De todos ellos elige aquel que represente más a tu cliente ideal y descríbelo, pero hazlo introduciendo todo lo que quieras que tenga, como si se tratara de una carta a los reyes magos 🙂
Imagina que puedes pedir el cliente ideal perfecto para tu negocio, ¡no te cortes! Este es un ejercicio para soñar y para darle rienda suelta a la creatividad. En muchos casos después de este ejercicio algunas personas se han sorprendido porque encuentran un tipo de cliente en el que no habían pensado.
Aquí te incluyo la pregunta final a modo de reflexión y que nos sirva para siguiente etapa
¿Cómo le ayudas tú a resolver sus problemas y a conseguir sus objetivos?
Pues eso es lo que necesitas plasmar en tu nueva web.
Para algunas personas este ejercicio supone el reconocimiento de que hay personas con las que nos gusta más trabajar con otras. No pasa nada si algunos clientes se quedan fuera de tu lista. No se trata de buscar la perfección o de excluir a personas que necesitan ayuda.
La clave está en pensar en ti, en cuidarte, en buscar la energía que te nutre, que te permite desarrollarte poniendo al servicio lo mejor de ti y crecer.
Aunque en esta sociedad nos han enseñado que ser egoistas no está muy bien, te lo puedes permitir ¿sabes por qué? Porque en el mundo hay un montón de personas que serán afines a ti, a tu buen hacer y que te necesitan. Seria una pena que no te encontraran porque estás desgastándote con otras personas que aun no están listas o que simplemente pueden trabajar con otros profesionales.
Por eso tu web eres tú, pero no es para ti 😉 Quizás ahora esta frase tenga más sentido porque cuando definas ese cliente ideal querrás adaptar toda tu comunicación (verbal, visual) a ese avatar para que de verdad tu mensaje le llegue y haya una conexión profunda entre vosotros.
Confía en tu energía, ella te guiará siempre.
Si llevas tiempo en tu negocio de desarrollo personal a lo mejor también te interesa revisar como es percibida tu marca y si tu presencia online, entre ellas en tu web, es representativa de lo que quieres transmitir. Para eso te dejo este artículo de Marta Bernal donde te ayuda a mirar tu marca desde otra prespectiva para que entiendas la necesidad de conectar con tu cliente ideal.
Si tienes dudas respecto a tu cliente ideal te espero en los comentarios ¿quieres compartir como es el tuyo? ¿te cuesta describirlo? Cuéntame dónde qué te frena ¡Me encantará leerte!